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sábado, 12 de noviembre de 2016

LINCES EN ESPAÑA (IV): LINCE BOREAL. EL FANTASMA DEL PIRINEO.




La ubicación de la Península Ibérica ha propiciado, a lo largo del tiempo, una serie de particularidades, de circunstancias propias, que conocemos muy bien los habitantes de este territorio, constituyendo en conjunto una singularidad.
Hasta hace no tanto tiempo éramos considerados como los habitantes del Finis Terrae, o Fin de la Tierra, sobre todo cuando el centro mundial de la cultura basculaba entre aquellas capitales centro-orientales mediterráneas como Roma, Cartago, Atenas, Alejandría, Tyro…
La península tiene alma marinera, atlántica por el Oeste, cantábrica por el Norte, mediterránea-oriental por el Este, y mediterránea-africana por el Sur, amalgamando toda suerte de efectos y aportes, tanto culturales como naturales.
Pero hay de entre todos los lugares de la península uno, al noreste, que nos hizo y nos hace península, que nos unió y nos une, como cordón umbilical, a la madre Europa, y a la vez nos separó y nos separa, haciéndonos distintos, dotándonos de singularidad: El Pirineo.
El Pirineo recoge la esencia de la madre Europa por el norte, y la distribuye como puede hacia el sur y sobre todo hacia el noroeste, siguiendo la costa cantábrica, en tanto que recibe también la esencia del padre africano por el sur, y la reparte hacia el noreste, siguiendo la costa mediterránea.
Una posición intermedia, entre el cálido sur y el frío norte, pero también una posición alejada respecto a las grandes masas continentales, como África y Asia, debido al Estrecho de Gibraltar y a su lejanía respecto al Cáucaso.
Fueron todas estas particularidades las que propiciaron que, a lo largo de las distintas épocas, nuestro solar se convirtiera en una especie de refugio para ciertas especies en ese entramado que es El Juego de la Vida.

jueves, 10 de noviembre de 2016

LINCES EN ESPAÑA (III): EL LINCE IBÉRICO. PRESENTE Y FUTURO.




Pocas, muy pocas especies, seguramente ninguna, han recibido en nuestro país los mismos fondos de ayuda para su conservación y salvaguarda que el amenazado lince ibérico.
Sólo por lo que respecta a los fondos europeos LIFE, el lince ibérico lleva asignados más de 70 millones de euros desde que comenzara su andadura en el provecho de esta herramienta de apoyo financiero.
No es de extrañar, pues, que las actuaciones y  resultados se miren con mayor detenimiento y crítica, incluso feroz por parte de algunos, y se expongan como realmente excelentes y merecedoras de todo tipo de premios y loas, sin el menor atisbo de duda, por parte de otros.
Como siempre, la objetividad debería llevarnos a encontrar el punto intermedio de un proceso que no es fácil, pero que desde luego, no ha conseguido ni de lejos unos objetivos de los que vanagloriarse para poder respirar tranquilos.
Con el lince ibérico, en su conservación y recuperación, y por desgracia, estamos aún en pañales.

LINCES EN ESPAÑA (II): LINCE IBÉRICO. EL PASADO RECIENTE.






Que nuestro lince ibérico ha sido siempre una especie muy desconocida y envuelta en un halo de cierto misterio, es algo indiscutible. Baste señalar el hecho de que la mayoría de nombres vernáculos de este felino lo conciben como un animal indeterminado, con características de otros distintos, bien sea por tamaño, pelaje, y sobre todo, por desconocimiento de hábitos y costumbres.
Lobo cerval, gatillop, gato rabón, gato clavo, gat cerval, lubicán, llop cerver, gato lobo, onza, tigre, gato bravo o gat arval, son sólo algunas de sus denominaciones a lo largo y ancho de nuestra geografía, poniendo de manifiesto que el término “lince” o “linx” es una nomenclatura poco frecuente o muy restringida, cuando no reciente, para referirse al  felino ibérico.
Un animal considerado siempre raro y más bien escaso respecto a otros, aun cuando en términos locales esto no parece haber sido exactamente un reflejo de la realidad, al menos hasta hace unas cuantas décadas.
Nos sumergimos hoy en algunos aspectos referentes a este endemismo ibérico, a través del pasado reciente, que continuará próximamente en el presente y futuro de la especie.

jueves, 5 de mayo de 2016

LA RESERVA DE VALDESERRILLAS (II): LA SUELTA DE NUEVOS BISONTES.




Tras recibir la invitación de Carlos Álamo, vía Gmail, el pasado 26 de abril, me decidí a asistir a la nueva suelta de bisontes en la reserva programada para el viernes 29, a pesar de que ese día tenía que estar relativamente pronto de vuelta, para seguir con los compromisos cotidianos.
Una jornada muy interesante que resolvió ciertas dudas, y también generó otras, pero, en cualquier caso, un aprendizaje positivo que me permitió seguir avanzando en cuanto a la comprensión, alcance y posibilidades de este proyecto.
Mi análisis, por otro lado, es tan sólo una visión parcial, subjetiva, y orientada principalmente hacia el asunto que más me interesa, el rewilding, aunque por supuesto, no exenta de atender al resto de circunstancias y factores.

LA RESERVA DE VALDESERRILLAS (I): LA PRIMERA VISITA.




Hago un alto en el camino, antes de seguir con la serie de entradas sobre los linces en España, atendiendo a la oportunidad que el otro día me procuró el director de la Reserva de Valdeserrillas, para ser testigo en directo de la suelta de nuevos bisontes.
Permítanme, pues, que intercale un par de entradas dedicadas a este asunto, por haber sido noticia de actualidad en los últimos días, bastante vinculada a la temática principal del blog.
Como me queda bastante cerca de casa he podido visitarla ya en dos ocasiones, y dado que en éste y algún otro espacio de la Red ha aparecido mencionada y ha suscitado algún interés, me parece oportuno abordar el tema, siempre desde una visión subjetiva sobre lo apreciado en apenas unas cuantas horas, para ir analizando su significado al menos en tanto en cuanto a lo que representa o puede llegar a representar respecto a los conceptos que tratamos por aquí.

lunes, 18 de abril de 2016

LINCES EN ESPAÑA (I).




Nos adentramos en las próximas entregas por el apasionante y aún no resuelto tema de los linces en España, con muchos puntos por esclarecer, tanto referidos al pasado, como al mismo presente, y también al futuro.
¿Cuántos tipos de linces hubo realmente en tiempos “recientes”?, ¿qué estrategias se están llevando a cabo para evitar su extinción o fomentar su recuperación y retorno?, ¿a qué problemas se enfrentan?
Les invito, pues, a que me acompañen una vez más en mi visión subjetiva de la situación, siempre basada en hechos objetivos.

Para empezar a desmenuzar la cuestión en toda su complejidad debemos abordarla remontándonos muy atrás en el tiempo, a los últimos momentos del Plioceno y los primeros del Pleistoceno, hace entre 3 y 2’5 millones de años, una época en que nuestro planeta quedaba ya configurado más o menos como hoy lo conocemos, con sus distintos continentes, iniciando la alternancia de ciclos glaciares e interglaciares del Cuaternario.
Quizás se pregunten ¿por qué?...

domingo, 3 de abril de 2016

EL LOBO EN ESPAÑA: EL ETERNO PROSCRITO (IV).




A lo largo de estas entradas dedicadas al lobo en España hemos ido haciendo un repaso sobre cuál fue su situación a través del tiempo, su consideración respecto al humano y su coexistencia con éste, concretando esa problemática a día de hoy, para intentar buscar un nuevo punto de partida que aborde su conservación desde una perspectiva que se ajuste más a la realidad presente y a la nueva visión que hoy tenemos acerca de la especie.
Casi todos los datos están ya encima de la mesa, sin embargo quedan todavía algunos muy significativos por analizar, para encarar el reto más difícil, el de la estrategia de compatibilidad entre humanos y lobos en nuestro país.
Muchas visiones, distintos enfoques, diversas propuestas para alcanzar esa coexistencia presente y futura.
Probablemente nadie tiene la fórmula exacta, no existe la varita mágica que ponga cada cosa en su sitio, como a todos nos gustaría, pero una cosa está bien clara en cualquier caso, entre los extremos que hablan de un lobo intocable que pudiera campar a sus anchas por cada metro cuadrado del país, y los que hablan de un lobo que ya no tiene sitio en éste, más allá de curiosidad faunística en un par de reservas, donde unos pocos ejemplares permanezcan a modo de piezas de museo para las generaciones venideras, queda un enorme y necesario ámbito intermedio, donde las cosas, mal que pese a unos u otros, tendrán que ceñirse a una realidad presente en ambas direcciones, alcanzando puntos de encuentro y consenso.
Ésta es, por tanto, y desde un análisis objetivo, mi interpretación subjetiva de cuál sería el punto de partida para enfocar  la conservación del lobo en España desde el momento actual.
Podrá o no coincidir con la de unos u otros, es posible incluso que con la de ninguno, pero en cualquier caso, no les quepa duda de que intenta conseguir el objetivo de esa convivencia necesaria.

sábado, 30 de enero de 2016

EL LOBO EN ESPAÑA: EL ETERNO PROSCRITO (III).





A pesar de todo lo visto hasta ahora acerca del lobo, hay un dato que, sobre el papel, no podemos pasar por alto. España es, después de Rumanía (y sin contar a Rusia), el país de Europa con mayores efectivos de lobo.
Sin embargo, cabe detenerse unos momentos a reflexionar sobre el tema analizando de dónde o cómo se llega a estos datos, qué importancia relativa tienen con respecto al tamaño y los distintos espacios y áreas del país, y qué medidas deberían ponerse en marcha para garantizar un correcto funcionamiento de los ecosistemas a nivel nacional.
¿Cuántos lobos hay verdaderamente en España?, ¿cuántos debería albergar el país para conservar la especie en vistas al futuro y en los lugares que le corresponde?, ¿sería necesaria una gestión de control humana de la especie en ese futuro, o sólo una opción alternativa de provecho sostenible como sucede con otra mucha fauna cinegética?, ¿qué medidas o visiones se proponen para ello?...
Estos son los aspectos que tratarán las dos siguientes y últimas entradas referidas al lobo en España. Siempre, y ya les aviso, bajo una opinión personal del que escribe, que eso sí, intenta basar desde la objetividad de la situación, tanto del presente, como aquella que pudiera lograrse en el futuro.
Abordemos pues la primera cuestión…¿Cuántos lobos hay realmente en España y dónde se encuentran?.

jueves, 28 de enero de 2016

EL LOBO EN ESPAÑA: EL ETERNO PROSCRITO (II).




Habrán notado los lectores de Tierra Sylvana que, poco a poco, este espacio vuelve a asumir o retomar la crítica, que tras una primera fase de reubicación de entradas de presentación, importadas del anterior blog, irá retornando al día a día con toda la fuerza que requiere el momento que atravesamos, como ya les anuncié en la entrada “Amanece”, cuando comenté que “…será una tierra virtual que mirará a otra real desde lo alto del Monte Sylvano, con ojo siempre avizor…”.
Como ya he manifestado en otras ocasiones no soy de los que disfrutan con las entradas denuncia, me amargan el resto día, pero pienso que es una molestia que se debe asumir, desde el compromiso con lo que uno cree o ama.
No quedaría tranquila mi conciencia si este disfrute de afición por la naturaleza, convertido en pasión desde los tres años, que se encuentra entre lo más maravilloso que he podido saborear hasta el día de hoy por mi paso en este mundo, se redujera tan sólo a gozar lo que fue en el pasado y lo que queda en  el presente, sin mirar más allá, asumiéndolo imposible para las generaciones que vendrán.
Nada más lejos de mi intención desde que, en 2012, tomé la firme decisión de hacer algo al respecto, a través de lo que consideré como más a mi alcance en estos momentos, el uso de las redes sociales, para aportar mi pequeño grano de arena.
Por desgracia la dinámica de la vida cotidiana me aleja hoy bastante de poder dedicar mucho tiempo a las presentaciones en este espacio o blog, resultándome más fácil la participación rápida en otros espacios, como Foro el Lince Ibérico.
Gritar, alzar la voz, señalar todo aquello que impunemente se ha dejado de lado en el reto de la conservación en nuestro país, es un deber al que, al menos yo, no puedo sustraerme, y si con ello dejo la impresión de que no sé hacer otra cosa que quejarme, o si a alguno pudiera parecerle que la crítica constante, centrada en estos aspectos abandonados, no es manera de aportar, sumar, o arrimar el hombro de forma positiva…que así sea, yo no lo creo de este modo, en ningún caso.
El lobo está metido de lleno en esa problemática a abordar, y no seré yo quien lo deje de lado o pase de tapadillo.
Por eso, para no alargar en demasía el tema, que podremos ir viendo con mayor tranquilidad a lo largo de la existencia del blog o en cualquier otro espacio de naturaleza de la red, voy a comenzar la entrada de hoy apuntando directamente a la línea de flotación, al verdadero problema de esta especie en España.
El problema del lobo en nuestro país tiene nombre y apellidos, y estos son: Administración, cierta ganadería en extensivo, y cierto sector del colectivo cinegético.

Y es que, la gestión de las administraciones en este terreno es la que es, y los problemas y presiones a los que se enfrenta, también son los que son, pero al menos lo que uno desearía como ciudadano es que no se le tomara por imbécil, y que se dejara de lado el cinismo de seguir vanagloriándose de estar protegiendo, conservando, y fomentando la supervivencia de los grandes carnívoros en España de cara al gran público y a Europa, donde no nos cansamos de repetir lo estupendísimos que somos al mantener estas especies, y a la que constantemente solicitamos fondos y ayudas económicas.
Que cada cual extraiga sus propias conclusiones y opiniones al respecto, yo desde luego ya tengo las mías bien formadas, tras cuarenta años de seguimiento.

jueves, 21 de enero de 2016

EL LOBO EN ESPAÑA: EL ETERNO PROSCRITO (I).




Hablar del lobo en España es hablar del que es, con toda probabilidad, el animal más emblemático, significativo y perseguido de la fauna ibérica.
Si el lince ibérico se ha elevado a los altares llevándose todos los honores y atenciones debido a su escasez y singularidad, el proscrito lobo ha despertado sin duda las pasiones, reavivando ese mal atávico de la sociedad española de dividirse en bloques totalmente opuestos, en este caso, el de aquellos que aman, admiran y protegen al lobo como símbolo innegociable de la naturaleza salvaje del país, llegando al extremo de la estampa idílica o deificada, considerando al cánido como poco menos que un perrito de peluche, y aquellos otros que lo creen la reencarnación misma del diablo, el mayor mal a erradicar, aprovechando la mínima para avanzar en su objetivo de exterminio absoluto de la especie, colocándolo en cuanto pueden como perfecta “cabeza de turco” de los males que les afectan.
Como uno es de aquellos que entienden que las cosas, en su justo término medio, encuentran soluciones más efectivas y acordes a la realidad, debo seguir esta línea objetiva para encuadrar la problemática en la existencia de tan imprescindible especie de nuestros ecosistemas.
Con todo, en este caso, mi opinión es que el término medio para la conservación y mantenimiento de tan crucial especie se encuentra aún muy lejos, desproporcionado en favor de aquellos que ven al lobo como un indeseable componente al que se debe combatir, perseguir, erradicar, recluir.
La coexistencia con el lobo requiere pues de un gran consenso, entendimiento y compromiso, sobre todo compromiso, por parte de todos, puesto que su presencia es totalmente necesaria en nuestros espacios naturales, como garante imprescindible del correcto funcionamiento natural del círculo ecológico.
Estando el lobo ausente como está en buena parte de ellos, no hay ni puede haber pasos atrás en este sentido en mi visión, hay que apostar decididamente por su retorno, como no podría ser de otra forma.
Salvando todas las distancias con respecto al ser humano, hoy en día el lobo es a Europa, lo que el león a África, el auténtico rey, el escalón más alto de la pirámide.

martes, 19 de enero de 2016

EL OSO PARDO EN ESPAÑA (II).




Que la convivencia de los humanos con ciertos animales presenta mayores dificultades que con otros, es un hecho indiscutible, algo que se viene produciendo desde nuestro mismo nacimiento como especie.
Sin embargo, y llegados al punto de desarrollo y comprensión actual del que gozamos con respecto al medio en que vivimos, estamos en la obligación de hacerla posible buscando los caminos necesarios y más acordes para ello, consiguiendo así legar buena parte de este rico tesoro evolutivo a las generaciones que nos sucederán.
Para preservar este legado manteniendo su esencia, no basta pues con reducirlo al límite, quedando siempre en la cuerda floja, o relegarlo a la nada en unas cuantas hectáreas tras los barrotes o cercados de un particular centro penitenciario para indeseables que nos estorban.
Luchar, apostar porque la imagen de estas especies no quede de inmediato vinculada a la que abre hoy portada aquí, implica propuestas de consenso y de trabajo, por parte de todos, pero también determinación, firmeza y apuesta de las administraciones.
Resulta muy difícil plasmar todas las medidas o visiones acerca de la cuestión en las líneas de tan limitado artículo, pero no por ello puedo dejar de intentar abordar algunas de las que, en mi opinión, tendrían que tenerse en cuenta para lograr ese objetivo, referido en este caso al oso pardo en España.

viernes, 15 de enero de 2016

EL OSO PARDO EN ESPAÑA (I).





El oso pardo, el animal salvaje terrestre de mayor tamaño que actualmente habita en alguna zona de España, continúa en grave riesgo de extinción en nuestro país, con una población total que apenas sobrepasa los doscientos ejemplares.
“El señor del bosque”, como fue bautizado por el ilustre naturalista Félix Rodríguez de la Fuente, sigue reclamando con su presencia lo que no puede obviarse de ningún modo, que formó parte de esta tierra desde hace cien mil años, que sigue formando parte de ella, y que debe seguir poblando nuestros ecosistemas, recuperándose en muchas más zonas en el futuro, como uno de los valores indiscutibles que ponen de manifiesto la riqueza y calidad ambiental del medio a conservar.
Vamos a intentar aproximarnos a esa trayectoria en nuestro territorio, a lo largo del tiempo, cómo se ha trabajado por él, para procurar su conservación, y cuál es exactamente su realidad y situación a día de hoy, para poder formarnos una visión de cómo encarar el futuro de la especie en España.