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martes, 3 de noviembre de 2015

¿LOS GRANDES CARNÍVOROS RECONQUISTAN EUROPA?...(II).





Continuamos matizando, en la entrada de hoy, ese grandilocuente titular sobre la “reconquista de los predadores en Europa, en armoniosa convivencia con los numerosos humanos”…
Para ello, seguiremos atendiendo a las circunstancias ya explicadas en el post anterior, pero en este caso, referidas al lobo.

El lobo, competidor directo del ser humano en Europa desde tiempos que se remontan al Pleistoceno, es un formidable predador que basa su existencia en la acción conjunta, como cazador social, sumando a ello una versatilidad y adaptabilidad a circunstancias adversas que hacen de él un fabuloso superviviente.
De este modo, ni la domesticación de ejemplares, que dieron origen al perro ya en tiempos paleolíticos, ni la persecución brutal a la que se ha visto sometido por parte del hombre, han conseguido acabar con la especie, rebelde donde las haya, que asombra por su capacidad de burlar nuestro odio y aversión, recuperando terreno a poco que el ser humano deje un resquicio en su tradicional asedio constante.
El mirarnos a los ojos de tú a tú ha facilitado, sin duda, unos altísimos niveles de correspondencia y consideración entre humanos y lobos que varían del odio visceral a la admiración absoluta, prácticamente sin término medio.
Tan sobresaliente cazador no podía, pues, escapar a los planes de una especie humana que reclamaba para sí la conquista y gestión en beneficio propio de todo un pequeño continente que se cuenta entre los más poblados del planeta, en términos de densidad, y a la cabeza entre los más desarrollados tecnológica e industrialmente hablando, siendo cuna de la Civilización Occidental y cargando a sus espaldas con miles de años de historia de esas evoluciones culturales que llevaron a esta época industrial reciente.


Sin embargo, y pese a todo, el lobo supo aguantar en muy buenas condiciones por toda Europa alimentándose cada vez más del ganado, ya que el ser humano le había arrebatado a la mayoría de sus presas naturales, pero a cambio le proporcionaba presas mucho más dóciles y fáciles para su captura.
De este modo el proceso de odio y extinción hacia el predador se fue acentuando y alimentando todavía más con el paso de los siglos.
Con la aparición y generalización de las armas de fuego, y el uso masivo de venenos, el lobo fue cada vez más arrinconado, hasta su desaparición. 
El humano parecía ganar la guerra, pero al lobo, aún le quedaban muchas batallas.

En la Europa Septentrional, el lobo se mantuvo en toda la península de Fenoscandia hasta 1850, momento en que comenzó una guerra sin cuartel que lo fue haciendo desaparecer de tal modo que, para principios del S.XX, había replegado sus poblaciones quedando restringido al este, con la mitad de su área de distribución. 
Hacia 1950 el lobo aún estaba presente en la frontera entre Suecia y Noruega, y en Finlandia, gracias al aporte de ejemplares que llegaban desde la Karelia y Kola rusas.
Hacia mediados de la década de 1960, Suecia fue la primera nación del mundo que protegió al lobo, contando en aquellos momentos con unos 28 ejemplares. Le siguió Finlandia, a mediados de los setenta, protegiendo los lobos que habían ido llegando desde la frontera rusa, contados en 1978 en algo menos de 100 ejemplares.
Con algunos lobos dispersos, Noruega se ha beneficiado de estas protecciones, de tal modo que a principios de la década de 1980 tenía una población estimada en torno a los 20 ejemplares.


En la actualidad sobreviven en Suecia alrededor de 265 ejemplares, en Noruega 30 y en Finlandia 160. Todos ellos son estrictamente controlados a través de la caza regulada.
No se puede decir de ninguna forma que países con tanto territorio, con gran potencial “natural”, y enormemente despoblados en terminos globales, con una supuesto sentimiento vanguardista con respecto a la Protección del Medio Ambiente, cabezas punteras del Ecologismo, hayan aprobado ni de lejos la “asignatura lobo”, y en ello parece tener mucha incidencia el enorme peso de la ganadería de renos.
Suspenso, pues, y de reconquista y convivencia con núcleos altamente humanizados…pues la justa o ninguna.

En las repúblicas bálticas encontramos grandes lagunas en las estimas para el pasado y presente, sumando además la circunstancia de que siempre recibieron nuevas poblaciones de la contigua Rusia, donde el lobo campaba a sus anchas pese a cazarse miles de ejemplares todos los años.
Existen datos del pasado reciente para Estonia, de 1995, con alrededor de 900 lobos. Hoy en día cuentan con alrededor de 230 ejemplares.
Letonia y Lituania, con 300 lobos cada una, siguen la misma línea, pues también hacia 1995 presentaban censos de alrededor de 900 ejemplares cada una.
Así que, lo de reconquista de carnívoros…que alguien me lo siga explicando.
Suspenso general.


En las Islas Británicas, el lobo desapareció de Irlanda en 1786, en Inglaterra aún se cazó a principios del siglo XVI, sobreviviendo en Escocia al menos hasta 1770.
En la Europa Occidental continental, donde el lobo conectó poblaciones a través de los buenos núcleos fuente de sus cordilleras, el lobo aguantó hasta 1772 en Dinamarca, y no debió prolongar mucho más su existencia en los Países Bajos.
En Alemania el último ejemplar fue cazado en 1847, en Suiza era ya raro a finales del S.XIX, pero aún se cazó algún ejemplar en la década de 1930.
Tampoco aguantarían mucho más los lobos en Austria, que hacia mediados del S.XX, podía dar por extinta a la especie.
En Francia el cánido aguantó bien por todo el territorio hasta finales del S.XVIII, y se le continuó persiguiendo con saña durante el XIX, de tal forma que se consideró extinto al lobo durante el primer cuarto de siglo del XX, aunque siempre se dejaron ver ejemplares, seguramente procedentes del lado español del Pirineo y de algún reducto de los Alpes, hasta prácticamente finales del S.XX, cuando volvieron a (supuestamente) recolonizar el sureste del país, por los Alpes, desde los Apeninos italianos.

España y Portugal albergaron y albergan, en conexión, las mejores poblaciones de lobo de toda Europa Occidental.


Prácticamente repartidos por todas las serranías de la Península hasta mediados del S.XIX, el menor impacto de la industrialización, y la fuerte presencia de la cabaña ganadera, propiciaron la resistencia del lobo ibérico durante el siglo XIX.
Durante la primera mitad del S.XX el lobo fue objeto de una persecución sin igual en Portugal y España, de tal forma que hacia 1950 había quedado confinado al extremo Noroccidental peninsular, y a unos cuantos reductos que de forma ya relicta aguantaban en el Sistema Central, Ibérico y Pirenaico, aunque todavía mantenía buena presencia en la Sierra de San Pedro extremeña, en los Montes de Toledo, y de forma continua a lo largo de Sierra Morena, desde el sur de Portugal hasta Despeñaperros.
Entre 1950 y 1980, la población de lobos en la Península Ibérica no debió quedar por encima de los 1.000 ejemplares, que hacia finales del período mencionado, se acercaría más bien a los quinientos, recluidos sobre todo al cuadrante Noroccidental (Peneda-Geres, Tras Os Montes, Galicia, Asturias, Cantabria y Castilla-León).
A finales de la década de 1990, con las medidas de protección o consideración puestas sobre el papel para la especie, el lobo había recuperado algo de territorio, el que el humano no había podido impedir que recuperara, atendiendo sobre todo al abandono progresivo del entorno rural y el aumento de los ungulados silvestres, aunque al sur, pese a quedar protegido de forma más estricta, el lobo siguió cayendo hasta desaparecer en la actualidad (hablaremos en otra entrada más detenidamente…).
En estas mismas fechas se constató la llegada al Pirineo Oriental de los primeros ejemplares errantes procedentes de la expansión desde Italia.

En Italia el lobo desapareció de Los Alpes hacia 1900, y en la isla de Sicilia hacia 1950, quedando recluido en varias poblaciones repartidas a lo largo del macizo central de Los Apeninos.
Entre 1945 y 1965 no se estimaban más de 300 ejemplares, que para 1975, eran alrededor de 100.
A partir de 1977 la especie quedó protegida, y la población pareció recuperarse en Los Apeninos en la siguiente década, llegando a conectar núcleos, propiciando así un aumento de efectivos que se censó en un total de entre 180 y 200 ejemplares, si bien es de destacar que algunos especialistas en el lobo inciden en el hecho de que ese incremento del lobo era sólo aparente, debido al aumento de información por las mejoras en los métodos de seguimiento y localización.
Sigue planteando muchos recelos el hecho de que, ya en la década de 1990, el lobo hubiera llegado por su propio pie a los Alpes, para en apenas otra década, hacerlo también hasta el Pirineo Oriental, a través de Francia. La sombra de la duda se cierne sobre posibles reintroducciones no oficiales, llevadas a cabo durante estas décadas en esos territorios.




En la actualidad, estos son los números globales de Europa Occidental:

Irlanda pasa de 0 ejemplares en 1950-70 a 0 ejemplares en el presente, Gran Bretaña de 0 a 0, Dinamarca de 0 a 1 ejemplar divagante visto en el último año, Holanda de 0 a 1 ejemplar divagante visto en el último año, Bélgica de 0 a 0 ejemplares, Luxemburgo de 0 a 0 ejemplares, Austria de 0 a 5 ejemplares, Suiza de 0 a 8 ejemplares, si atendemos a los números de “Aktueller Bestand in Deutschland”, Alemania habría pasado de 0 ejemplares a 150, en su mayor parte por la zona oriental del país y supuestamente llegados por recolonización, Francia de algunos ejemplares ocasionales o relictos a 80 ejemplares supuestamente llegados por recolonización, Italia habría pasado de alrededor de 200 ejemplares a unos 700 en el presente, aunque las estimas para el pasado pudieron ser menores de la verdadera población existente.
Portugal pasa de unos 175 ejemplares a 325, y España, sin censos fidedignos desde finales de los años ochenta del pasado siglo, podría haber pasado de unos 500 lobos en el norte a unos 2.000 en el presente, mientras que en el sur del país, lo habría hecho de unos 70 ejemplares a 4 ó 5 con problemas de hibridación con perros…

Alemania y Francia pueden proclamar a los cuatro vientos una mejoría. Claro, comparado con lo que había, siempre es mejoría, pero quedan a años luz por territorio y ejemplo de supuesta preocupación medioambiental, de tener números aceptables. No alcanzan ni de lejos el aprobado.
Portugal y España, progresan adecuadamente pero mantienen grandes vacíos en buena parte de sus territorios, en especial, y por potencial, España, que pese a ser el segundo país con más efectivos de Europa, claramente necesita mejorar en muchos aspectos de la “asignatura lobo”.
Italia podría considerarse aprobada, con una calificación pobre, pero algo razonable de acuerdo a su extensión y capacidad, además de haber servido como núcleo fuente a los países del entorno alpino, pasando de 200 a 700 lobos en el presente.

Como en el caso de los osos, la presencia del lobo en Europa Oriental, es otra historia.
Del caso puntual de Grecia no se pueden extraer conclusiones fidedignas, puesto que según los autores y censos que consultes se estimaba una población, para 1950-1970, de entre 500 y 3.000 lobos, mientras que en el presente se contabilizan alrededor de 700, así que es muy probable que más bien se haya producido un fuerte descenso con respecto al pasado, lejos de cualquier reconquista.
Para el resto de países encontramos que los lobos siguen en buenos núcleos allí donde siempre los tuvieron, en Rumanía, Bulgaria y Serbia, que suman entre ellas más de 3.850 ejemplares.
Los censos del pasado en Europa Oriental son inexistentes o muy cuestionables, y lo único que sabemos con certeza es que hoy en día Eslovenia cuenta con unos 35 ejemplares, Croacia con 190, Macedonia con 465, Albania con 225, Eslovaquia con 300, Hungría entre 1 y 5 ejemplares, la República Checa 1 ejemplar, y Polonia unos 230 ejemplares.
Hasta allí, en Europa Oriental, la gran reserva de carnívoros del continente, hay países que claramente suspenden con el lobo, como son los casos asombrosos de Hungría, Rep. Checa o Eslovenia.

En rojo, distribución actual del lobo en Europa (sin plasmar poblaciones de Bielorrusia, Ucrania y Rusia).


De los 12.000 lobos censados para Europa (no se han tenido en cuenta en el estudio Bielorrusia, Ucrania, Moldavia y Rusia europea), 1.300 viven en Europa Septentrional, unos 3.250 en Europa Occidental, y el resto, unos 7.500, siguen presentes allí donde siempre lo estuvieron, en las recónditas montañas de los Alpes Dináricos, en los Cárpatos, en Balcanes, en Ródope y el Pindo, en definitiva, en el gran reservorio de carnívoros, Europa Oriental.
En el caso del lobo, si Europa Occidental suspende por su capacidad de núcleos potenciales para albergarlos, Europa Septentrional se lleva un rotundo Muy Deficiente por las mismas razones.
Por cierto que, una vez más, y quitado de casos muy puntuales, los lobos habitan en su gran mayoría los espacios agrestes del continente, quedando muy pocas regiones que puedan vanagloriarse de compartir población humana notable con zonas de presencia de lobo, aunque a diferencia del oso, en este caso sí las hay, como por ejemplo en nuestro país pudiera ser el caso de Galicia.

Respecto a la supuesta compatibilidad, y la armonía en la convivencia con el lobo, ésta es,  a día de hoy, pura quimera a lo largo y ancho del continente, un engaño que no se sostiene por ningún lado. 
Al lobo se le sigue exterminando y controlando muy mucho a día de hoy, tanto legal como ilegalmente, de forma no muy diferente a hace ciento cincuenta años, sobre todo teniendo en cuenta que no se ha recuperado sus números en consonancia y relación a como sí se ha hecho por ejemplo con los herbívoros, por lo que su caza (ni siquiera la regulada o "legal") queda totalmente injustificada atendiendo a la cantidad de espacios a donde deberían ser traslocados o reintroducidos ejemplares de la especie...



Sirva por último, como comparativa entre especies, y lo que podría dar de sí otra visión más sostenible para con los predadores, un ejemplo de mi país, España.
La población de ciervo común (Cervus elaphus) tan sólo en España, queda censada en más de 300.000 ejemplares, mientras que apenas podemos contar 2.000 lobos.
La estima diaria de consumo de carne por un lobo está establecida según estudios en alrededor de 3 kgs. 
Esto se traduce, en números, a que 1 lobo necesitaría un total de 1.095 kgs. de carne al año, o lo que es lo mismo, tomando sólo la especie ciervo rojo, once cérvidos de alrededor de cien kilos por año.
Resumiendo, los 2.000 lobos de España podrían apañárselas con 22.000 ciervos al año…y sin embargo en el país tenemos 300.000, así pasa después lo que pasa en determinadas áreas a lo largo y ancho del territorio.
España podría y debería albergar, como mínimo, entre tres y cuatro veces más de lobos que en la actualidad (de 6.000 a 8.000 ejemplares), bien repartidos, como sucedía en fechas no muy lejanas que se remontan a poco más de la primera mitad del siglo XIX, y aun así, quedarían más de 210.000 ciervos rojos en el país, vamos, que ni se notaría a cualquier efecto, y esto contando sólo ciervos, a los que habría que añadir las plagas de jabalíes, corzos, y las abundantísimas cabras salvajes, muflones, gamos, rebecos, y otras muchas presas menores.


Es una estima muy superficial, general y matemática, pero suficiente, en cualquier caso, para dejar patente que el lobo sigue en números muy bajos en España, y no digamos ya en el conjunto de Europa, sobre todo atendiendo al potencial de espacios muy deshabitados, altamente significativos en cuanto a valores naturales, y con poblaciones abundantísimas de ungulados silvestres que crecen y crecen de forma exponencial, llegando a suponer en bastantes áreas una carga difícil de controlar en el tiempo, sobre todo de forma natural, respetando la dinámica de la pirámide ecológica.
Pero para ello, claro está, se necesita de sostenibilidad verdadera, de compatibilidad ya no del lobo, sino del humano para con el Medio Ambiente, y de un poco de voluntad por las partes más directamente implicadas que, en cualquier caso, son sectores cada vez más minoritarios de la población, además de altas dosis de firmeza y convicción en lo que se hace por parte de las distintas Administraciones, y de las directivas europeas al respecto, a las que luego se les llena la boca reclamando al resto del mundo la conservación de hábitats y especies... 

Volveremos a tratar detenidamente el caso del lobo en España en próximas entradas.












Crédito de imágenes:

Excepto las fotos 3 y 7 (lobo y ciervo ibérico), que son de Miguel Llabata, el resto, son imágenes libres de derechos de Wikimedia Commons.

5 comentarios:

  1. La verdad es que a la luz de los datos, la realidad es bastante diferente de la noticia... y eso que con el lobo andamos algo mejor. La verdad es que no se debe de estare haciendo muy bien y la matanza de ejemplares ha de ser muy superior a la oficial para que el lobo no esté repartido por gran parte de la península del mismo modo que lo están siendo el jabalí, el ciervo y el corzom muy buena entrada... como siempre!

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    1. Hola Grumete, ¿qué tal van las cosas?. Espero que muy bien.

      Bueno, es posible que el lobo vaya algo mejor en España, al menos si atendemos a su reaparición por algunas zonas en las que se consideraba extinto en los últimos tiempos.
      Cabría preguntarse en todo caso si los censos o estimas eran y son acertados. ¿Existieron relamente 500 lobos en los momentos más bajos de población, o fueron realmente menos?. ¿Existen en la actualidad esos supuestos 2.000 lobos?.
      Alguno de los últimos censos toma como media la asombrosa e increíble cantidad de nueve lobos por manada, a todas luces inverosímil y tendencionsa a la hora de poner en marcha un cómputo global. Sabiéndose además, como se sabe, que muchos de los animales han sido censados como distintos incluso en provincias limítrofes.
      No sé si habrás leído hace poco la noticia de un informe de una bióloga y un técnico forestal independientes, que han censado la población lobera de la Sierra de La Culebra, uno de los supuestos mejores núcleos de lobo del país. Pues bien, el resultado que muestran sus censos es que la población real no supera las cinco manadas, y sólo tres de ellas son reproductoras, frente al censo de la Administración Castellano-Leonesa que fijaba un total de entre 10 y 12 manadas en el enclave...Claro, tomando además cifras como nueve ejemplares por manada, a la Administración le salen las cuentas para justificar cualquier regulación del lobo a través de la caza, en este caso, entre 90 y 106 lobos para la culebra, y 1.600 para Castilla-León.
      Sin embargo, si tomamos las 5 manadas propuestas por los investigadores independientes, las multiplicamos por un número más realista acorde a la composición de manadas tipo, en torno a 5 ejemplares, y hasta asumiendo en ellas un porcentaje de ejemplares divagantes en el cómputo global y repartido, vamos a tirar por lo alto, 7 ( y ya nos pasamos seguro), el total de estima que nos sale es de 35 lobos...
      De 106 a 35, sólo en un enclave, el mejor por cierto, pues ya lo dice todo sobre la situación real del lobo en el país.
      Claro, luego pasa lo que pasa, como en Andalucía, que se han censado de 40 a 50 ejemplares por regla de tres desde los años ochenta por parte de la Administración y sus encargados, y luego resulta que no quedan más de cuatro, y con problemas de hibridación con perros. Eso sí, oportunidad estupenda para solicitar un nuevo LIfe, como ya sabrás...

      ¡Saludos!.

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  2. Hola Miguel sigo tu blog desde hace tiempo y es la primera vez que comento.
    Actualmente vivo en Andalucia y he recorrido con mayor o menor detenimiento todo en sudeste. Lo de Cazorla con los cérvidos es de risa, gamos y ciervos por todos los sitios y algunos bastante humanizados, pero claro si reintroducen al lobo el número de ejemplares tardaría algo más en dispararse y podrían hacer menos batidas "para regular el ecosistema". El otro día estuve por la Sierra de Huetor y más de los mismo con los jabalís (aunque esto ya se ha convertido en algo bastante común en nuestra península). Todos los charcos los habían removido, ver aquello daba un poco la impresión de plaga, después también vi que la senda que seguíaque era preciosa y muy rica en flora, serpenteaba entre zonas "protegidas" y cotos de caza. En fín, el sur necesita depredadoresy no parece lógico que a estas alturas ningún organismo se haya preocupado en reintroducir al lobo, por ejemplo ue sería algo relativamente sencillo y muy beneficioso para el ecosistema. También creo recordar que Felix habló del oso pardo en Cazorla pero ese tema ya no lo controlo jeje
    Un abrazo desde Granada

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    1. Hola soñador, bienvenido y muchas gracias por tu participación.

      Pues qué decir a lo que comentas, simplemente que estoy de acuerdo con ello, pero ya ves, más bien lo poco que quedaba se han encargado de dejarlo de lado al punto de favorecer su extinción, como ha ocurrido con el lobo de Sierra Morena...

      ¡Un saludo!.

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  3. Enhorabuena por tus artículos. Los he descubierto tarde, pero no me he podido resistir a participar.
    Respecto al del lobo, lo de situar como territorio lobero a Catalunya, parece poco serio. Los escasos lobos que deambulan por Pirineos(3 según administración, alguno más por experiencia propia), son ejemplares solitarios y divagantes. Se trata de machos jóvenes, ninguna hembra.Tampoco tienen próxima ninguna población reproductora. Lo cual hace imposible el establecimiento de manadas reproductoras a corto o medio plazo. El hecho de incluir a estos vagabundos como población de lobo en el mapa, resta valor al propio mapa de distribución. No sé cuantas manchas rojas más de este mapa, corresponden a ejemplares divagantes y temporales. La realidad es que, el lobo apenas resiste en sus cuarteles históricos y que la supuesta expansión de los 90 ha sido frenada en los últimos 10 anyos.
    Cabe seNalar, quizá denunciar, el proceder de las administraciones autonómicas de Euskadi y La Rioja. Estás serían las puertas para la colonización del Pirineo para una población viable de lobos. Sin embargo ambas administraciones consienten el exterminio de aquellas manadas que allí se establecen. Si las competencias en medio natural son autonómicas, el exiguo número de ejemplares de esta especie, debería constituirla, de forma automática, en especie protegida en dichos territorios. Los Pirineos y sierras adyacentes, esperan con importantes, incluso excesivas, poblaciones de ungulados, la llegada del superdepredador.
    Un abrazo a todos aquellos que compartimos la pasión por la naturaleza.









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